Sea cual sea la expresión artística que se practique, lo que importa es el grado de compromiso. El compromiso de crear conlleva para quien lo asume, la responsabilidad de ser consecuente con su obra.
Si es por los lados de la música, el resultado debe ser producto de un verdadero proceso en el que tanto la melodía como la letra expresen lo que el artista siente.
La creación musical es un proceso exigente, disciplinado. Quienes consideran que su talento debe ser conocido y reconocido por el público, deben comprometerse firmemente en ser constantes, no convertirse en fugaces artistas que sólo persiguen notoriedad y figuración.
Esta es una invitación abierta para todos aquellos quienes crean música, produzcan, el tiempo es el mejor juez de todas nuestras acciones. Lo mejor del arte es su carácter eterno.
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