Por: Javier Barrero/Alejandro Barbosa
Fotos: Jonathan Silva (Sobibor-Neurosis)
Javier Barrero (Athantator, Witchtrap y Masacre)
Victoria, guerra, hambre y muerte. Cuatro elementos que bien podrían describir parte de la lucha que viene dando el Metal desde sus comienzos por allá a principios de la década del 70 de la mano de Black Sabbath y que en nuestros días muchas bandas continúan con ello. Victoria, la que siempre está en la mente, guerra, vista acá como la acción, hambre, de gloria, de poder y muerte, finalmente, un compromiso de todos.
Cinco grupos de primer nivel. Muy pocas veces se pueden ver en un mismo evento agrupaciones como las que se vieron el sábado 21 de agosto en el parking de Chapinero. Sobibor, Masacre, Witchtrap, Athanator y Neurosis. Un lujo que un poco más de 600 metalmaniacos se dieron.
Por disposición de la policía el evento debía comenzar a las cuatro. El primero en tarima fue Sobibor, un grupo que hace rato se ganó un puesto entre los grandes, por su música, por sus músicos y por su actitud. El trío cada vez suena mejor. Germán en la guitarra y su particular voz nos transporta a la gloriosa década del ochenta, Freddy en el bajo y Octavio en la batería completan la formación del grupo que descargó sus temas incluidos en el álbum debut FURIA Y METAL. Un comienzo más que poderoso para el apocalipsis.
El turno fue para Neurosis. Más de 20 años tocando, grabando y girando, le dan al grupo de Jorge Mackenzie la autoridad suficiente para ganarse el puesto que hoy ocupa en la escena nacional. Harold Escobar regresó al grupo y se notó. Excelente. La base rítmica de Neurosis es bastante compacta. Arrancó su presentación con "La Marcha de los Rebeldes". El poderoso y contundente sonido de estos guerreros bogotanos se mezcló con la explosiva respuesta de su exigente público que cabeceó sin parar hasta el último de sus temas. Es notorio el orden, la disciplina y las enseñanzas de Jorge Mackenzie en sus músicos, Steven Cartagena en el bajo, Juan Camilo Ravelo en la segunda guitarra y el baterista. Su repertorio incluyó temas clásicos y nuevos para crear un balance perfecto para los seguidores de la banda, que van desde los ‘vieja guardia’ hasta los más jóvenes, los que están comenzando en este viaje sin tiquete de regreso a un destino cierto: El amor y la entrega incondicional por el Metal. Entre otras tocaron “United Forces”, de S.O.D. incluido en el MASTERS OF THRASH, sonó muy bien, también “The Trial” del Split, “Politicians”, “Whatever I May Roam”, “Afán de libertad”, “The Dreamer”, “Involución” y por supuesto, la canción que le da título a su trabajo “Verdum 1916”.
El ejército de Metal de Medellín…
El segundo de los mayores de edad de la noche, Athanator. Jaime Ocampo ha sabido llevar al grupo y convertirlo en un referente obligatorio a la hora de citar a quienes con tesón y con carácter se abrieron paso en el Metal Nacional a mediados de los 80’s, cuando de esto poco se sabía. Lo de ellos es Thrash, sin mayores pretensiones técnicas, simplemente es un fiel testigo de lo que la sociedad muchas veces quiere ocultar o ignorar, temas como la muerte, la desigualdad social y las injusticias están presentes en las letras de sus canciones. La mayoría de los temas que tocó Athanator hace parte de su más reciente producción ARCHITECT OF DISASTER: “The Army of Death”, “Architect of Disaster”, “Scarred for life”. Del anterior trabajo THE PERFECT ENEMY sonó el tema homónimo, “Smile of the death”, “Unsocial god”, recordó a dos grandes pilares con “Symphony of Destruction” de Megadeth y “Seek and Destroy” de Metallica. Cerró la presentación con “Method to the madness”. Eder en la guitarra, Kike en el bajo y Repe en la batería, cumplieron.
Apenas hace unos meses vimos a Witchtrap en Rock al Parque (RAP), sin embargo, al grupo se le nota que se siente mucho mejor frente a un público más selecto, el que de verdad los ama, el público que los sigue, que compra sus camisetas y su música. Carlos Mario, Edison y Hugo cada vez que se suben a un escenario lo dejan todo. Esta vez no fue la excepción, tocaron lo que a la gente le gusta, temas de todas sus épocas, empezó con “Metal Army March”, luego “Heavy Drinker”, insania en la horda que se movía con cada riff salvaje que tocaba Carlos Mario. “Dead of the night”, “Riot”, “Metal Mania”, “Sorceress Bitch”, “Dark Lord”, entre otros, dejaron sin aliento a los presentes y a más de uno con un serio dolor de cuello. Terminaron, al igual que en RAP con “Black Leather Metal Damnation”.
El remate del apocalipsis estuvo a cargo de Masacre. El grupo de Alex Oquendo no necesita mayor presentación, al igual que los otros grupos del cartel, a excepción de Sobibor (Banda invitada), Masacre ya pasó la mayoría de edad en la escena nacional. Cuando el grupo está sobre una tarima, se sabe que el buen Death Metal sonará. La sorpresa del grupo es la reincorporación de Juan Carlos Gómez en la guitarra rítmica, uno de los fundadores del grupo, también es el bajista de la Pestilencia. “Brutales Masacres”, “Battlesfield”, “Slaves of Death”, “Prepárate a morir”, “Éxodo” y “Orgasmos Oscuros”, entre otros, dejaron en claro que mientras Trapeitor tenga voz, Masacre vivirá, sus clásicos “Qué chimba hp…” y “Con odio…”, entre tema y tema ya son marca registrada.
En medio de la invasión de las bandas extranjeras a nuestro país, es bueno saber que la gente aún sabe quién es quién en la escena. Los Cuatro Jinetes del Metal Colombiano fue una apuesta al respeto, a la tolerancia, al público fiel y leal a la causa, a todo lo que han representado, representan y representarán estas bandas que han escrito a pulso gran parte de la historia del Metal colombiano.
Gran trabajo de la organización del evento en cabeza de Jorge Mackenzie. Arriesgó, apostó y ganó. Todos ganamos.
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