Parece que no hubiese sonreído alguna vez. Sospecho que pocas veces
lo hizo. Tenía sus razones. Al indagar un poco sobre el producto literario
de este apátrida, se nota que tuvo pocos motivos para hacerlo.
En libros como “Ese Maldito Yo”, “Brevario de Podredumbre”,
“Silogismos de la Amargura”, “Del Inconveniente de Haber Nacido”
por citar apenas unos, la palabra felicidad no encuentra cabida. Todos sus aforismos
son lanzas directas a la razón, cargadas de tal cantidad de veneno en
forma de dogmas que hasta los más progresistas le llegaron a temer. Este
pequeño editorial es un reconocimiento a uno de los mejores escritores
que han pisado la tierra.
Decir que Emil Cioran era rumano, puede resultar falso. El escritor nunca se
reconoció como tal, así su acta de nacimiento lo certificase.
Cuando pudo, marchó a París, adoptó el idioma francés
como propio y empezó a vomitar su ira, odio y amargura por la humanidad,
daba largos paseos en bicicleta, los disfrutaba, pues veía en ellos una
manera válida de evitar socializar con la gente. Gran truco.
“Cometer cualquier pecado, salvo el de ser padre”, sentencia en
uno de sus aforismos. En este delata su aversión hacia el género
humano, en particular al acto de ser progenitor, a tal punto de elevarlo a pecado,
siendo él tan creyente como los impíos más radicales.
Si era tan radical, ¿Cómo llegó a trascender? Trascendió
porque siempre fue consecuente consigo mismo: hacía lo que pensaba y
decía, sin temor de ofender a cualquiera, todo lo contrario: vomitaba
su rencor con macabro placer.
Muchos, sin siquiera saberlo, hemos adoptado partes de la doctrina cioranesca,
la gracia está en reconocerlo, si no lo hemos hecho es porque no somos
capaces de reconocer cuán reales podemos llegar a ser. El ser real choca
contra el ser imaginario. Lo importante no es ser sino aparentar, dicen por
ahí…
Cualquier manifestación sincera dentro del arte, trae una pequeña
inspiración de personajes como este, como Nietzche o como cualquier otro
tipo de existencialista.
Si no ha tenido la oportunidad de leer algo de Emil Cioran, se está perdiendo
de mucho. Créalo.
lemuroculto@yahoo.es
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