Por: Alejandro Barbosa Valderrama. Especial para el fortín del caballero negro.
Pese a la escasa presencia del público bogotano que perdió esta vez la oportunidad de apreciar el devastador encuentro de cuatro bandas colombianas: Ghoulish Pain, Necromansy, Highway y Neurosis, en los pasillos del templo del rock, se recibió con beneplácito la visita de la agrupación venezolana Subconsciente?.
El parte médico de los asistentes a esta gran batalla de honor por el poder del metal fue una aguda psicosis musical.
El caballero negro recordó con Ghoulish Pain, el drama de los niños que a diario secuestran en Colombia para comerciar con sus cuerpos en otros países o enlistarlos en las tropas de la guerrilla, que por años combaten en el monte en una lucha sin cuartel contra paramilitares confundidos entre soldados del ejército nacional. Esta banda de Ibagué se destacó por marcados riffs de guitarra bajo la influencia de Venom, Slayer y Death, leyenda esta última, a la que rindieron tributo los ibaguereños como canto a la memoria de Chuck Shuldiner con el tema “Symbolic”. Un sentido homenaje a Hamilton Castro, desaparecido músico de Neurosis se escuchó en el lugar.
Personalmente me quedo con el tema “guerra santa” de la autoría propia de Ghoulish Pain que es una remembranza a la tragedia del 11 de septiembre en Nueva York, con el suceso de las torres gemelas.
La gente al final de la presentación de Ghoulish Pain aplaudió el trabajo de batería y esperó con curiosidad el show de Highway.
Llegó el turno de admirar el aporte femenino y renovar los espíritus y la energía con buen heavy metal. Highway en cabeza de Lina de la Parra (bajo), junto con Ana María Barajas (voz) y una inspirada Mayerly Meza en la guitarra eléctrica sorprendieron a los asistentes con el nuevo tema de su composición “por el metal”. Las guerreras de la autopista del rock no desentonaron con el trash-death de la noche. Por el contrario con “Rainy days”, "Breaking the Law" (cover de Judas Priest), “El ave del camino” y “Heavy rock” mostraron todo su potencial sumado al encanto de su naturaleza y al trabajo que con dedicación y disciplina pueden entregar estas mujeres colombianas en un escenario.
Un corto receso en el toque dio paso a Necromansy, cuyos músicos subieron a la tarima y con desgarradoras notas guturales de su vocalista, se ganaron el cariño de propios y extraños quienes azotaron sus cabezas y largas cabelleras al ritmo del metal. Excelente nivel de esta banda que por algo fue escogida por Jorge Mackenzie, organizador del evento para integrar el cartel del concierto.
Sobre las doce de la noche hizo su aparición Subconsciente. Los venezolanos aprovecharon la ingeniería de sonido y los recursos que les brindó la organización en la tarima, para descargar sus potentes dosis de metal y representar de buena manera la escena de su país. El público como siempre aguardó la llegada de Jorge Mackenzie y la corte de sus músicos de Neurosis, para moverse como torrentes de un caudalosos río al ritmo del pogo, con “Involución”, “Trial”, “Bautizados en rencor”, “Verdun 1916” y cada uno de los éxitos de “Más allá de la demencia”, “Verdun 1916” y “Subversivos espirituales”, álbumes que desde la llegada al templo del rock promocionó la banda en la entrada del establecimiento.
Diego Melo, vocalista de Neurosis ya es reconocido por los amantes de la banda y con mucha seriedad asumió el reto de disparar la energía del público en este concierto.
Al final una celebración más en cuanto a la disciplina de ensayo y desempeño musical se refieren de Mackenzie y Neurosis que pusieron en alto también los colores de la bandera de Bogotá y la de Colombia ante el aplauso de un Subconsciente difícil de batir también por la trayectoria y nombre alcanzados con sus discos en la escena del metal.
El fortín del caballero negro felicita a las bandas por su desempeño en este concierto y agradece a éstas por el envio de sus reseñas y demos para la difusión en nuestra comunidad.
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