LA NOCHE DE SUFFOCATION

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Aquellos madrugadores que llegaron a las 6:00 P.M., aquellos que necesitaban salir temprano para tomar su transporte a casa tranquilos en domingo, se encontraron con una extraña imagen del “Pachá”, en lugar de pruebas de sonido, y organizadores corriendo de lado a lado, se estaban despidiendo los concurrentes a una especie de Desfile o Piñata.


Como a las 9:00 P.M. estaban ya desocupando el lugar e ingresando los amplificadores e instrumentos para el esperado evento de Grind Core que tanto ansiábamos los guerreros extremos del metal: nada más y nada menos que Suffocation.

De pronto ya estaban puestas las barreras para la entrada de la gente que ya había llegado al lugar del evento, pero extrañamente eran solo pocas teniendo en cuenta el nivel demostrado por esta banda estadounidense, algo que seguramente no habían calculado los organizadores, pero, como era de esperar, ya estaba ansioso y reclamando en un coro desde una fila que se había armado “¡Suffocation!, ¡Suffocation!. . .”, lo que hizo apresurar a los encargados del evento la entrada del público al salón, un poco más elegante que los escenarios a los que está acostumbrado este tipo de comunidad.


Adentro todo era tranquilidad. Algo en el ambiente presagiaba que iba a ser llena de brutalidad extrema, apta para todos nosotros, seres necesitados de esa dosis de adrenalina, precisa para nuestras almas enfermas por culpa de esta sociedad injusta y llena de hipocresía.

De pronto fueron pasando por entre los asistentes, como unos amigos más, todos los integrantes de la banda, para instalarse en el escenario.


La gente se alteró y comenzó al instante a corear de nuevo: ““¡Suffocation!, ¡Suffocation!. . .”, y al oir algunas pruebas de sonido la emoción era total. En especial cuando comenzaron ellos con parte de su repertorio. Nada que hacer, ¡la espera había valido la pena!, tres o cuatro temas y ya estábamos alterados totalmente. “¡Qué banda tan buena!”, era lo poco que se podía opinar con ese preámbulo que nos habían dado.

Y subió “Souless”, de Colombia.

Como pocas veces se ve, había un respeto claro por parte de la organización, con esta banda de Pereira y se pudo notar el trabajo de los muchachos que descargaron una buena dosis de grind a los asistentes que los aplaudieron por su buena música, muy digna para telonear a una banda tan importante.

Y volvió Suffocation a la tarima.

Como era de esperar, el recibimiento fue muy caluroso por parte de la pequeña asistencia, - apenas unas 200 personas, si no fueron menos - y Frank Mullen comenzó a cantar con la misma energía que se le nota en sus grabaciones, un deseo cumplido para quienes tenían la oportunidad de verlos por una vez en vivo.

Con canciones del nuevo álbum “Soul to the deny”, y algunos temas clásicos fueron creciendo el furor de los acompañantes, y no se demoró en formar uno de los “pogos” más violentos que se hayan visto en la ciudad.

La gente saltaba y rebotaba como si fuesen muñecos mientras poco a poco los músicos se acercaban más al corazón de nosotros, en especial por la amistad demostrada en los diálogos de Mullen, quien dijo estar muy contento en Colombia y con su gente.


La intensidad del “toque” de los norteamericanos fue brutal. Su extraordinaria interpretación de los temas dejaban ver una felicidad poco vista en Bogotá y el cansancio de la espera parecía no existir.

Más o menos a las 12:30 P.M. se acabó la presentación de la agrupación y en los rostros de los presentes solo había una clara expresión de satisfacción, combinada con un poco de cansancio.

Mike Smith no se resistió y se acercó a saludar a todos los que se le acercaban e igual hicieron Guy, Terrence, Derek y Frank.

Solo queda un poco de preocupación: ¿Alcanzará tan poco público a cubrir la realización de un evento como éste?, realmente es importante que las personas que gustan de este género en Bogotá hagan un esfuerzo que los beneficiará en la parte personal y espiritual.

Si usted es músico, seguramente podrá hacerse un poco del profesionalismo de estos músicos y ayudará a que se puedan realizar más presentaciones de este tipo en Colombia.

Para quienes fueron a este lugar nunca olvidarán esa noche de Suffocation.

El “Fortín del Caballero Negro” agradece mucho a “Maquiavelic Productions”, por la ayuda brindada y tengan la seguridad de que los apoyaremos para que puedan continuar con esa importante labor que hacen por el metal en Colombia.
Gracias, Lucho.


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