Por: Octavio Fraile. Colaboración especial para: El Fortín del caballero negro en Colombia.
Si no lo sientes, jamás lo entenderás. Esto no es sólo un género musical, es una forma de ver la vida. Dicen que el secreto de la música metalera está en su intensidad o en su mala leche, como dice un amigo mío, seguidor acérrimo de los Manowar. La cuestión es creerse el personaje.
Los heavies tienen algo de caballeros medievales. La única diferencia es que han cambiado las espadas por guitarras eléctricas y los gritos de guerra por himnos y alaridos rockeros. Aunque a efectos épicos viene a ser casi lo mismo.
Excalibur es el Camelot de los heavies y tú eres Arturo. Tus colegas son los caballeros de la mesa redonda y el santo grial, el mini de calimocho con el que brindas cada vez que ponen un tema de Rainbow. Sí, esta noche será de leyenda. Seguro que acabas encontrando a tu Ginebra, aunque algún Lanzarote con pinta de Bon Jovi te la acabe quitando de las manos. Pero que nada baje tu autoestima. Tú eres grande, tú eres fuerte.
Los verdaderos heavies tienen el corazón de acero y el alma cubierta de metal. Alza tu guitarra y rinde pleitesía, caballero. La noche es una aventura, y tú su héroe.
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