Texto y fotos: Javier Barrero.
45 millones de mexicanos viven en la pobreza extrema, 45 minutos dura el cd completo. De ahí el título del trabajo. Si alguna duda quedaba sobre cuál es la mejor banda de Rock de este lado del planeta, el sábado 8 de mayo de 2010 se disipó en el Downtown Majestic. Jaguares vino a presentar 45, la nueva producción del grupo de Saúl Hernández y Alfonso André.
‘Ritual 2010’. Mucha razón tuvo el chamán Hernández al nombrar así el evento. Fue todo un ritual en el que participaron por lo menos 2000 personas. Las encargadas de iniciar la mística reunión fueron las bandas bogotanas Fabela y the Mills, de esta última llamó la atención la versión del clásico del Pop español de los 80’s “Lobo Hombre en París” de la Unión.
Muy puntuales a las 9.30 de la noche Saúl, Alfonso, César y Marco entraron a escena. “Alquimista” del nuevo trabajo fue la primera de las 23 canciones en las dos horas que descargaron los manitos. Gran canción, gran comienzo. Si bien el sonido en líneas generales estuvo a la altura, como ya es costumbre en los conciertos, en los primeros temas no fue el mejor. Un chillido ensordecedor molestaba demasiado, aunque sólo fuese por un par de segundos, lo malo fue que el chillido se escuchó un par de veces más durante el transcurso del ritual. “Dime Jaguar” fue la segunda canción. Otra canción del 45 “Lobo”. Ahora el turno era para Caifanes “Mátenme porque me muero” del cd homónimo del grupo. “Fin” nos regresó a Jaguares, la lista de canciones fue una combinación de los dos grupos: “Nunca te doblarás”, “Detrás de ti”, “La vida no es igual”, una de las mejores canciones, acaso la mejor. “Detrás de los cerros”, luego dijo “Deberíamos dar una vuelta por el cielo”, claro, seguía “Nubes”. Cuando terminó la canción Saúl presentó a un invitado de honor al ritual: el músico colombiano Chucho Merchán, quien fue jaguar hace unos años.
El colombiano tomó su bajo para tocar “El Secreto”, luego “Viajando en el tiempo” y “Entre tus jardines”, por un instante el grupo se retiró para dejar a Marco haciendo un solo con su bajo, corto, si se compara con los que hacen otros bajistas. Una sorpresa: Para la siguiente canción Saúl cedió las voces al baterista Alfonso André, quien se bajó del instrumento para cantar “Miércoles de ceniza”, sonó diferente, ningún reparo.
“Afuera” enloqueció al público. Al terminarla los cinco músicos se despidieron. Por un breve instante se creyó que todo se había acabado. Por fortuna no fue así.
De nuevo cada uno en su puesto. Ahora Saúl dijo algo así como: “Este es el momento de las complacencia cuál quieren escuchar… ¿La célula? Por supuesto que todos la querían escuchar. “La célula que explota” no tuvo necesidad de cantarla, todos lo hicieron por él. La emoción siguió con “No dejes que”, “Viento”, “Aviéntame”. “Hace mucho que no tocamos esta canción” dijo Saúl al referirse a “Sombras en tiempos perdidos”. Excelente tema. “Ayer me dijo un ave” le dio paso a “Te lo pido por favor”, el tributo que rinde Jaguares a uno de los mejores cantautores mexicanos de la historia: Juan Gabriel.
“La negra Tomasa” puso a bailar a más de uno. Finalizó el ritual. Un viaje místico sin regreso a través del grupo de un brujo tocado por los dioses.
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