Escrito por: Juan Pablo Puerto
Edición: Alejandro Barbosa
Fotografías: http://www.jorgefresquet.com/
De raíces argentinas pero más colombiano que cualquiera, nace unos buenos años atrás, JORGE FRESQUET, en cuna de delanteros, arqueros y canchas que gritaban gol, rodeado de futbol y muy seguramente criado en pequeños y grandes estadios lo cual acostumbrarían a aquel niño para ese entonces, a las multitudes, a la ovación y al sentimiento de las grandes masas…
Sin embargo y para descontento de algunos quienes tal vez lo veían haciendo goles en una copa del mundo, el talento de aquel joven no estaría precisamente consagrado en sus piernas ni en sus pies, ni en el rodar de un balón… estaría más bien fundido desde su nacimiento en lo más profundo de su ser: en sus cuerdas vocales, las cuales convertirían a FRESQUET en uno de los grandes jugadores de su equipo favorito: “EL Canto“.
Así fue creciendo y absorbiendo del ambiente, la materia gris para construir su vida y en cuya adolescencia tendría más que definido el porte de un valiente soñador y el cual ya notaba en su armadura el sello indiscutible de un guerrero, un luchador de mil batallas y cuyo semblante demuestra hoy en día la victoria.
A temprana edad ya se codeaba con el destino de una forma poco sutil, a una velocidad sorprendente y sin parar, pues gracias a su gusto por el buen rock and roll, se sembraban en Colombia las semillas de una de las grandes voces del Rock Colombiano en el año de 1980.
No pasarían sino dos años más para que empezaran a dar frutos aquellas semillas y fue entonces cuando nace KAOS, escudería emblemática de los años 80´s, la cual alimentaría su espíritu no solo musical sino personal, pues fue gracias a ella que encontraría los inicios de su formación musical y lo llenaría de mil anécdotas para contar a sus nietos.
En 1987 decide empacar en su valija, su armadura, su corazón y sus ganas de vivir, para viajar al antiguo continente donde otros grandes guerreros se han enriquecido de las técnicas vocales en el conservatorio Héctor Berlioz de Paris y donde FRESQUET estudiaría solfeo y técnica vocal con el profesor Guy Chauvert.
Este entrenamiento marco el inicio de uno de los grandes luchadores del rock colombiano y con lo cual ya tendría el armamento perfecto parta combatir ante cualquiera, pues su espada, su lanza y su fuerza salen con cada nota cantada para clavarse en nuestras venas.
Llegando de nuevo a su tierra con su armadura fortalecida, no demoraron las propuestas y fue así donde ingresa como parte fundamental de KRONOS, una de las escuderías más importantes del Rock Colombiano liderada por su amigo David Corkidi, para la cual durante muchos años fue el encargado de llevar las banderas como vocalista.
A su vez y como buen ser humano, en su camino también ha dedicado parte de su vida a compartir, enseñar y a transmitir toda esa técnica no solo musical sino personal con aquellos que serán los luchadores del futuro, aquellos pequeños que sin duda llevarán la marca FRESQUET y que musicalmente dejaran en alto el nombre de Colombia.
Es así como todos estos años de lucha, sin duda le han dado gran reconocimiento en las altas jerarquías de la sociedad rockera, ganándose no solo el respeto de la gente, sino también el cariño de la misma, dado a su carisma, a esa calidez como persona, a la entrega incondicional por su gente, a su espíritu luchador, su sencillez, amor y pasión por la música, por esto y mucho más es FRESQUET todo un LORD DEL ROCK COLOMBIANO, marcado por aquella nobleza que caracteriza a un valiente caballero custodio de riquezas musicales y de la soberanía del rock, que hoy en día y liderando su propia escudería, armada de valientes luchadores y sin duda grandes guerreros, sigue batallando para recordarnos en cada instante que no hay que desfallecer y que Colombia recordará por siempre el sello FRESQUET.
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