Crónica del evento LUCIFER IN GOLGOTHA
Especial para La Caja de Pandora, Underground Metal Radio Show, 96.9 FM, Bucaramanga, jueves 22h y www.fortindelcaballero.com
Textos: Juan Sabbath
Fotos: Jose R Muñoz Gaona
Todo indicaba que la noche sería esplendorosa. Desde que se anunció el concierto de INQUISITION con INCANTATION, en el aire se respiraba el ambiente vieja escuela que prometía ser un viaje en la máquina del tiempo para quienes estudiamos ahí, crecimos con ella y nos graduamos con honores. Y el viaje se cumplió.
El evento nos transportó 25 años atrás en medio de la combinación de los elementos del METAL en perfecta alquimia. Es ya sabido que el METAL es exigente para todo. Si quieres formar una banda, lo mejor será que te dejes la piel o sólo serás una burda copia del montón de la mediocridad. Hacer METAL requiere sacrificio y mucha pasión. Pero no es sólo la música y el talento. Cuántas bandas maravillosas han quedado increíblemente destruidas porque los astros no se alinearon a su favor (piensen en el reciente concierto de BENEDICTION).
EL METAL es una alquimia compleja en la cual, si uno de los elementos falla, todo puede echarse a perder: el talento de la banda, los equipos e instrumentos, la calidad del sistema de sonido y de los ingenieros, la acústica y comodidad del local, el público y la disciplina de la organización, todo eso juega un papel indispensable para que surja la magia. Por eso el viaje en el tiempo no tuvo ningún percance: INQUISITION junto con INCANTATION, más la excelente cuota colombiana, garantizaron el talento. La organización: impecable (desde las boletas, el afiche de colección y la seriedad, hasta la puntualidad y las estrategias preventivas en caso de eventualidades). El sitio del evento, estigmatizado por una mala experiencia en el pasado, demostró que es un espacio absolutamente idóneo para eventos de METAL: el tamaño adecuado, la acústica formidable (el sonido se concentra en todo el recinto con balance y sin pérdida), la tarima tiene el área y la altura ideales, los accesos permiten separar los artistas del público, y una buena batería de baños junto a la zona de tiendas, son las evidencias. La atmósfera no pudo estar mejor. Abrió, muy temprano y con máxima puntualidad el Black Metal técnico y bien ejecutado de CABRA NEGRA que ya anunciaba la calidad del sonido para esa noche, aunque el público capitalino no fue cortés con los visitantes del sur y muy poca gente había ingresado, a pesar de tener entradas. Cada quien apoya lo que desee, pero al menos deben dar la oportunidad de juzgar un repertorio. En mi caso, fue una presentación impecable la de CABRA NEGRA y ojalá estos gajes del oficio no los desmotiven y sean el acicate para perseverar. Ya lo he dicho antes, en cuestiones del verdadero arte y la creación, lo que menos importa es el público, el METAL es para pocos, no farándula ni fama.
En seguida una cuota de Death Metal a cargo de EGAHEITOR calentó el ambiente, esta banda ya completa dos larga duración y más de 10 años de carrera. Siguió TORMENT OF ABYSS demostrando que el METAL nacional tiene nivel planetario, ejecución y técnica en su máxima expresión para un Black Metal poderoso y veloz. Bandas así, hacen que el género se renueve en la tradición, no resultará aburrido jamás, ver bandas que repiten la fórmula con tanta majestuosidad. Luego vino la poderosa descarga Death Metal de TEARS OF MISERY en este "toma y dame" entre el Death y el Black, a cuál más talentoso, a cuál más extremo. Cálida presentación con su líder que sabe meterse al respetable en el bolsillo y con orgullo colombiano entregando su vida en el escenario. Brutal. Con máxima puntualidad un sonido atmosférico marcaba el preludio de la banda norteamericana INQUISITION, cuya escuela de METAL (esa sí) puramente colombiana. La alquimia estaba dada, todos los elementos en perfecta conjunción y una sed de venganza en la, sin duda, actualmente más importante banda de Black Metal a nivel mundial, venganza digo, de asesinar esos demonios burlones que echaron a perder su presentación en ese mismo escenario pocos meses antes. Y se desplegó la venganza, difícil describir un ritual tan perfecto y místico como el que ejecutan estos dos sacerdotes de las artes negras. Sonidos mesmerizantes y envolventes, que rinden al oyente sin resistencia, que generan una especie de encantamiento lleno de odio, poder, malevolencia, majestuosidad y ritmo. Estos sacerdotes saben modificar las energías en una sola vibración oscura y poderosa. Por eso no necesitan arandelas ni discursos para el público, sólo música y la obra estará cumplida: claro, eso solo si todos los demás elementos de la alquimia están en orden. Sismika producciones se esforzó en ello y lo consiguió. La única forma de percatarse qué salió mal sería preguntándole a la organización porque a simple vista todo era perfecto. Incluso la oportuna retirada de los medios e invitados fuera de la fosa es una venia al público que paga sus entradas, pues lógicamente estas personas incomodan la apreciación de las bandas.
INQUISITION entonces, presentó su aplanadora ritual haciendo casi innecesaria la presentación de INCANTATION. Pero no, veníamos por la legendaria banda de Pensilvania. No estoy seguro si todos los asistentes dimensionaban con claridad quiénes eran esos norteamericanos amables que con máxima tolerancia soportaban abrazos y fotos sin cesar. Estamos hablando de pilares absolutos en la creación del Death Metal y no de cualquier Death Metal, justamente del que más me gusta a mí, el Death Metal denso y sabiamente rítmico, lleno de disonancias y pasajes ultra veloces, además con elementos de satanismo, anticristianismo y blasfemia. Una banda que conoce su historia y por ser VERDADEROS ARTISTAS lo reconocen sólo con pasión y entrega en el escenario (no con farandulerías y soberbia). Por esa razón, su presentación parecía no tener fin, salieron a una coda larguísima que sobrepagó el precio de la entrada. Y la noche se rindió ante el Death Metal.
Al final, fuimos conscientes que los tiempos han cambiado, que las canas demuestran como el R&M es el secreto de la eterna juventud (cosa que no me canso de repetir), pues no sé si a todos les está pasando pero, en lo que a mí respecta, los hermanos del metal que conozco y que esa noche eran muchos, se despedían con la decisión firme de ir a descansar. Nadie "a seguirla" ¿Era necesario? Absolutamente No! INQUISITION e INCANTATION fueron más que suficiente. Luego de eso, morir tranquilos.
Textos: Juan Sabbath
Fotos: Jose R Muñoz Gaona
Bogotá, septiembre de 2016.
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