El metal colombiano esta de luto

-26 Jul 2020

"Nuestro amigo, colega, compañero  y hermano Javier Barrero ha partido de este mundo terrenal a una nueva dimensión, su ser nos abandona pero su alma, sus enseñanzas  y su esencia nos seguirán acompañando por la eternidad; toda su creencia  y convicción, la cual compartimos entre tertulias, eventos, conciertos, recitales y demás actos que siempre buscaron enaltecer y apoyar todo lo relacionado con la buena música y en mayor medida con lograr la difusión y posicionamiento que se merece el Metal en Colombia; seguirán persistentes en su legado y nosotros como compañeros de mil batallas seguiremos con esa premisa. Paz en su tumba y es indudable que en este camino de la vida nos volveremos a encontrar. "

 

 

En el Fortín queremos rendir un pequeño homenaje recordando una de las anécdotas vividas con nuestro gran amigo cuando la leyenda  Ronie James Dio estuvo en Colombia. Además de destacar el significado y el valor de las fotografías que en algun momento se tomaron y las cuales a nuestro amigo no le gustaban y que hoy cuando ya no nos acompaña, adquieren un sentido y una valoración muy especial para la posteridad.


 

 

 


Por: Alejandro Barbosa Valderrama.

Los momentos memorables no son casualidad. Así puedo comenzar a describir la historia de mi encuentro con una de las voces más emblemáticas del Hard Rock mundial. El maestro Ronnie James Dio.

Todo se remonta a la venida a Colombia de Ronnie con la agrupación Heaven & Hell. Fuimos invitados con El Fortín del Caballero como medio de prensa al Salón Bolívar del Hotel Tequendama el 4 de mayo de 2009, un día antes de su concierto en el Coliseo El Campín. La hora del encuentro 4 pm.

Días antes en un local de discos había podido adquirir la obra que tanto había buscado sin descanso. El trabajo "Holy Diver". Lo hallé en uno de esos tantos locales del centro comercial Terraza Pasteur que existen sólo en la memoria de algunos rockeros vieja guardia: Mordor. Ya por razones de nuestra economía están extintos hoy en día.

Como caballeros europeos que son llegaron puntuales a esta reunión. Un hechicero de la música sonrió con cortesía y saludó a los presentes. Con esa humildad que sólo el arte puede entregar de corazón abierto.

Mi colega Javier Barrero del Magazín Cultural Letra Oculta y este servidor nos acercamos sin titubear al maestro. Logramos saludarlo. De mi voz un gracias que casi me costó pronunciar dada la emotividad del momento. En inglés una frase corta: "Holy Diver in my heart forever". Ronnie sonrió. Nos abrazó.

Ese espacio íntimo con este hechicero de la música se había cumplido para nosotros. Era un momento inmortal que jamás olvidaremos porque un año después se nos fue a otro plano. Ese al que ya pertenecen otros dioses como Bonham, Bon Scott, Janis Joplin o Jim Morrison entre otros. Sólo que a Ronnie James Dio tuvimos la fortuna de verlo a los ojos, de sentir la magia de su espíritu. De recibir su afecto y palabras sencillas de agradecimiento. Aquel señor bajito que con la magia de su voz y el peso de sus obras musicales se volvió para nosotros un héroe inmortal. Cómo diría Barón Rojo en su canción "Siempre estás allí": Los ojos de tus héroes te miran desde la pared".


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