En pleno siglo XXI: REENCARNÓ LA INQUISICIÓN

-15 May 2006

Por: Javier Barrero
lemuroculto@letraoculta.com
Sección Profanos El Fortín.

Dos leyendas del metal tocando en un mismo concierto. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, en realidad fueron tres, aunque Masacre no tocó, hizo acto de presencia.

Reencarnación, a través de 20 años de trayectoria musical, ha dejado claro que lo de ellos es un proyecto sumamente serio -hoy en día lleno de matices- que la convierte en la mítica agrupación nacional a la que le corresponde un destacado sitio. Piolín, El Gato y Usme subieron al escenario a presentar temas de todos sus trabajos, salvo del “Egipto”, pues, según el mismo Piolín “Los temas de este trabajo son muy complicados para tocar en vivo”.

Casi las 7, los paisas mezclan temas ‘nuevos’: Dos soles en la garganta del más reciente “Más hombres, menos estatuas”, Utopía y Acción de gracias, con himnos de batalla 100% metaleros: Armaggedon, 888 metal, Reencarnación, Acompáñame a la tumba, la presentación termina con Funeral del norte. Faltaron Nexus Universalis y A la diestra del Mesías. Imperdonable.


65 minutos de total repaso sobre uno de los grupos que ha escrito la historia del metal en Colombia. ‘Metal Aleatorio’, así define Piolín la música de Reencarnación, junto a Parabellum, alfas del metal colombiano. Un honor haber tenido la oportunidad de haber visto y escuchado a este grupo.
El turno era para otra leyenda, esta vez una que se creó en Colombia y que hoy en día es considerada una de las más importantes de la escena underground mundial: Inquisition.


Vinieron a presentar su “Magnificient Glorification of Lucifer”, un trabajo muy bien logrado, lleno de…metal, también vinieron a dejar en claro que para ellos Colombia es su hogar. El show de ellos estuvo repleto de temas clásicos del “Invoking…” y del “Into the Legions…”, del “Magnificient…” tocaron pocos temas, sin embargo los 700 posesos que estábamos en el ritual, vimos como el grupo con el paso del tiempo suena mejor. Más de 15 años en la escena no se improvisan.


Dagon, con un español correcto –practicado en Cali- blasfemaba con cada tema. Incubus, sometía con su poder a la batería. La voz de Dagon, impecable, el sonido del grupo, tan oscuro y salvaje como depresivo y melancólico. Maestros del culto oculto.
Casi 90 minutos descargó este dúo de insanos, el público agradeció cada una de las letanías que salían de la garganta de Jason.


“Ojalá no tenga que esperar otros cuatro años para volver acá”, dijo Dagon antes de terminar la presentación. El público también pensó lo mismo. ¡ Quién lo creyera: en pleno siglo XXI reencarnó la inquisición !


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