Manowar: saldando una deuda de décadas

-23 Sep 2023

Por: León Corkidi

Existen bandas a las que solo les basta un minuto para dejarles claro a tus oídos que eso que acabas de escuchar por primera vez, te va a acompañar toda la vida, y es en ese momento en el que, inconscientemente, se adquiere una deuda con uno mismo; una que solo será saldada ese día en el que uno tenga la oportunidad de vivir la experiencia en vivo con dicha agrupación. Viviendo en Colombia en los 80 y principios de los 90, solo me quedaba pensar que llegaría a la edad adulta ahogado por los altos intereses que este tipo de deudas me traería, porque, seamos sinceros, en esa época no era fácil imaginar un futuro plagado de conciertos de bandas internacionales de metal en territorio nacional. Eso ha cambiado, pero, aun así, “Manowar en concierto” parecía un plato que nunca se serviría en nuestro país, ya que se había hecho esquivo por años, incluyendo un “amague” de visita hace unos 13 años; así que, poder decir que el miércoles pasado recibí por fin el paz y salvo con respecto a esta banda, le añade a esta reseña un toque de gloria. Pero pasemos a lo que se vivió en esa cita que llevaba anhelando durante más de 30 años, posiblemente. 

 

 

A eso de las 9:30 de la noche, fueron silenciadas todas las charlas casuales que brotaban desde las graderías. Finalmente, escuchábamos el preámbulo épico de la marcha que anunciaba a la banda. Desde ese instante, notamos que este no sería un concierto de pantallas, sino de telones, los mismos que desplegarían ilustraciones que todos conocemos gracias a los diferentes trabajos de la banda, y en esos instantes, veíamos el primero de ellos iluminarse con un estallido y una serie de llamaradas, para darle paso al primer tema de la noche.

 

 

Para quienes vivimos en este lado del planeta, y nos ha tocado ver algunas de las bandas más legendarias del metal cuando ya llevan en su equipaje un exceso décadas de experiencia, es inevitable cuestionarse si aún tienen lo necesario para subirse a un escenario y comprobarnos que son los mismos que constantemente retumban en nuestras cabezas, especialmente cuando se trata del vocalista, que es aquel al que se le desgasta más rápidamente el instrumento con el paso de los años. Pues, permítanme contarles que Eric Adams empezó lanzando un parte de tranquilidad desde el escenario con las primeras estrofas del tema “Manowar”. Creo que nadie se atreverá a decir que a sus cuerdas vocales no les han pasado los años, obviamente hay desgaste, pero existe una clara diferencia entre un “Me duele escucharlo cantar” y un “¿Cómo es posible cantar así a los 71 años?”. Es posible que las notas más altas y estridentes no sonaran igual que en otras épocas, o con la misma potencia, pero se hicieron presentes, contrario a lo que sucede con otras bandas, en las que el vocalista ya es solo un destello de su glorioso pasado y debe acomodar su canto a lo que el cuerpo le autorice.

 

 

Como era de esperarse, la banda nos invitó a un recorrido guiado por las diferentes etapas de su historia hasta llegar a uno de los temas más esperados: “Heart of steel”. El bajo de Joey DeMaio reemplazó al piano que nos acostumbró a escuchar la grabación en estudio, y Eric Adams le añadió, por momentos, una voz bastante más rústica y gritada de lo que esperábamos, pero todo le sumó a la experiencia; ese punto de la noche fue uno de esos momentos que probó la capacidad vocal del Movistar Arena de Bogotá, al unirse a Adams en su sentida interpretación, demostrando lo que años de espera pueden hacer por tus pulmones a la hora de entonar un himno que te ha sacudido por años.

Todos teníamos una favorita que esperábamos encontrar en el setlist de la banda y, a juzgar por la reacción del público, muchos coincidimos en “Hail and kill”, pero, la verdad, en cada tema hubo una reacción contundente, especialmente en “Power”, cuando Adams demostró que, no solo tenía la voz para resolver ese reto, sino que podía hacerlo después de más de una hora de trabajos forzados a los que se vio sometida su garganta.

 

 

 

Y hasta en un concierto de Manowar hay espacio para la calma y la reflexión; fue eso lo que nos brindó Joey DeMaio cuando se acercaba el final de la noche, al cambiar el sonido de su singular bajo piccolo por un sentido discurso, en un español que, contrario a su propio juicio, fue bastante más fluido y claro de lo que esperábamos. Con un “mejor tarde, que nunca” y hasta un “lento pero seguro”, expresó lo que representaba para él estar por fin en Colombia después de tantas décadas de historia de la banda, y librando una pequeña batalla con el idioma, dejó un mensaje claro para todos a manera de postal: “Yo soy latino, sangre latino… in my corazón”.

A algunos nos faltó alguna que otra canción adicional como para que aquella noche alcanzara la perfección, pero esos son solo caprichos… La banda nos dio gusto a todos; además nos enseñó algo, que hay un nivel de energía que, curiosamente, solo las bandas con más de 40 años pisando escenarios pueden entregar. Al final pagué mi deuda, vi a Manowar en vivo, pero tal vez adquirí otra, la de volverlos a ver, porque esto fue digno de repetir.

Dirección General: Alejandro Barbosa Valderrama.

 

 



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