Por: Javier Barrero.
Ángela López (Reseña de Akash).
Fotos: Santiago Galindo y Carolina Ocampo
El 9 de septiembre de 2010 pasó a la historia como el día en que dos leyendas del Rock mundial tocaron en Bogotá. Fue una sensación extraña, una mezcla entre nostalgia, melancolía, tristeza y alegría. Scorpions y Cinderella son dos grupos fundamentales en el panorama rockero. Nostalgia y melancolía al escuchar las canciones que en la década de los 80’s marcaron a más de uno. Tristeza, Scorpions no saldrá más de gira. Alegría, en vivo dos de las mejores agrupaciones de la historia del Rock.
El Parque Metropolitano Simón Bolívar fue testigo de ese excepcional acontecimiento. Recibió a quienes realmente valoran y sienten amor por la buena música. La representación nacional estuvo a cargo de Akash de Armenia y de Supremacy de Bogotá.
Por cuestiones de logística, los medios acreditados para el evento no alcanzamos a ver la actuación de Supremacy, la banda de Harold Fandiño. La hora del ingreso apenas permitió ver los últimos temas de la presentación de Akash. Sin embargo, Ángela López, redactora de la página, logró ver toda la actuación de los de Armenia y escribió una reseña que acá se incluye.
En el atardecer colmado de Rock llegó el turno para la presentación de Akash. Juan Carlos Marín “El Cura”, vocalista de la agrupación, expresó su emoción al estar por primera vez en el escenario del Parque Simón Bolívar e interpretó varios de los temas más esperados por los seguidores que desde hace tiempo querían ver al grupo tocando en vivo en la ciudad de Bogotá. “Salamandra”, “Mi Propia Religión”, “Hijos de Akash”, ”Ven y Salta” y “Madera que Cortas”, hicieron parte del show. Akash también aprovechó la oportunidad para presentar su más reciente video oficial: “Una Sonrisa al Atardecer”, una las canciones más escuchadas del álbum MÁS ALLA DE LA REALIDAD y la que ahora cuenta con un video especial, un trabajo realizado con el esfuerzo de sus integrantes demostrando una vez más la calidad de los proyectos realizados por la banda quindiana.
Aunque se presentaron algunas falencias de sonido, Diego Iván, Jairo Alberto, Julio César, Fernando y Juan Carlos superaron estos inconvenientes para dar lo mejor de su repertorio al exigente público capitalino que coreó varios de los éxitos de Akash. La agrupación agradeció la comprensión y la aceptación de su música por parte de los asistentes al evento. Con el apoyo del público, Akash se ha convertido en un gran exponente del Rock Nacional.
Scorpions, la banda de Hannover, Alemania, vino a despedirse de los colombianos. Excelente detalle. Después de 45 años de vida artística el grupo optó por retirarse de los escenarios mundiales, para lo que decidió hacer una maratónica gira por todo el mundo, similar a la que hizo entre 1984-1985 y que quedó grabada para la historia bajo el nombre de WORLD WIDE LIVE. A la gira de despedida la bautizaron “Get your Sting and Blackout”, haciendo referencia al título de su nuevo trabajo STING IN THE TAIL y al BLACKOUT, uno de los mejores trabajos de Heavy Metal en la década del 80.
En Colombia, tuvo un compañero de lujo: Cinderella. La banda de Tom Kieffer durante la gira tocó con los alemanes en varias partes de los Estados Unidos. El grupo de Nueva York salió al escenario como si fuera la primera vez que se subía a un escenario. 20 y tantos años después de que John Bon Jovi apadrinara a Cinderella el grupo no ha perdido nada de su energía: La voz de Kiefer sigue tal cual, Jeff LaBar continúa demostrando que es un guitarrista con mucho sentimiento para tocar Blues-Rock, Eric Brittingham en el bajo, da el toque de tranquilidad que exige un grupo de la talla de Cinderella y Fred Coury, detrás de la batería, demuestra que conoce muy bien su oficio.
La ‘Cenicienta’ del Rock and Roll muestra credenciales…
“Second Wind” del fabuloso LONG COLD WINTER inició la presentación. Gran comienzo. La figura delgada de Kieffer empezó a moverse por todo el escenario mientras cantaba. El público respondió con un sonoro aplauso, la emoción propia que produce ver en vivo a uno de los grupos que escribió varias páginas de la historia del Rock a finales de los 80’s y principios de los 90’s, se apoderó de los asistentes. Ese sentimiento continuó cuando empezó la segunda canción “Somebody Save Me” del NIGHT SONGS, en ese momento los cerca de 12 mil asistentes sabían que disfrutarían de uno de los mejores conciertos que se han hecho por estos lados. La tercera canción “Push Push” del mismo NIGHT SONGS fue la ratificación definitiva de la gran noche que la gente estaba viviendo. Luego la gran “Night Songs” del álbum homónimo. De vuelta al LONG COLD WINTER con “Gypsy Road”. Alucinante. Las Gibson de LaBar y Kiefer dan el sonido Blues que caracteriza a Cinderella.
La descarga siguió con “Coming Home”, esa increíble canción del LONG COLD WINTER. “Shelter Me” recordó que Cinderella también grabó en 1990 un muy buen trabajo: HEARTBREAK STATION. El Blues es la fuente de la cual Kieffer bebió para crear Cinderella, quedó demostrado con “Bad Seamstress Blues/ Fallin’ Apart at the Seams”, el tema que da inicio al LONG COLD WINTER. “Heartbreak Station” del trabajo homónimo no dio tiempo para nada. Gran canción. Momento para la melancolía romántica “Nobody´s Fool”. Los cinco músicos (El grupo trae un teclista de soporte en vivo), se retiraron, todos pensaron que no había más Cinderella. En el aire quedó la sensación de que el grupo tenía un par de deudas que saldar.
Un par de minutos después los músicos regresaron para continuar. Kieffer se sentó para tocar en el teclado la canción que marcó buena parte de la vida amorosa de muchos “Dont Know what you Got till it’s Gone” del LONG COLD WINTER, en el ambiente se percibía la nostalgia y los grandes recuerdos que trajo el tema. Aún quedaba un as bajo la manga de Kieffer y su banda: “Shake Me” del NIGHT SONGS. Un cierre de lujo para la presentación de Cinderella. 65 minutos del mejor Blues Rock. Tom Kieffer, Eric Britingham, Jeff La Bar y Fred Coury siguen en la carretera. Hay Cinderella para rato.
Del apagón al pinchazo…
Casi una hora después de que Cinderella terminara su presentación, Scorpions apareció sobre el escenario. En la pantalla central de video una serie de imágenes introdujo al grupo “…Please welcome to the Scorpions…” las notas de “Sting in the Tail”, tema del más reciente trabajo del grupo del mismo nombre, nos introdujeron en el viaje de casi dos horas que el grupo llamó “Get your Sting and Blackout”. El sonido, si bien en esta primera canción molestó algo, en el resto del concierto estuvo a la altura, la producción, espectacular, después de ese inicio, el grupo viajó en el tiempo para descargar “Make it Real” del ANIMAL MAGNETISM. Pawel Maciwoda en el bajo, James Kottak en la batería, Mathias Jabs en una de las guitarras, Rudolph Schenker en la otra guitarra y el pequeño gran cantante Klaus Meine ya se habían apoderado de todo y de todos. El tiempo no ha dañado la poderosa voz de Meine. “Bad Boys Running Wild” del LOVE AT FIRST STING, recordó la grandeza de los alemanes. La remembranza continuó con “The Zoo” del ANIMAL MAGNETISM, mientras empezaba el cambio de guitarras por parte de Rudolph Schenker y Mathias Jabs para cada canción.
A continuación, una de las mejores canciones instrumentales que se han grabado en el Heavy Metal: “Coast to Coast” del LOVEDRIVE, tema en el que Meine tomó una guitarra. Tres guitarristas tocando al tiempo. La fiesta siguió con “Loving you Sunday Morning”, también del LOVEDRIVE. En ese momento pareciera que el tiempo regresaba 25 años y se escuchaba el WORLD WIDE LIVE. Sin embargo, el grupo quería dejar en claro que ha hecho grandes canciones después de esa época, el turno fue para “The Best is yet to Come” del STING IN THE TAIL, de nuevo tres guitarristas tocando al tiempo, aunque el tercero esta vez no era Meine, una muy buena balada que dio paso a “Send me an Angel” del CRAZY WORLD, los seguidores nuevos del grupo por fin pudieron cantar con Meine.
El primer momento emotivo: “Holiday” del LOVEDRIVE. Hace unos años eran los encendores los que se prendían para moverlos al ritmo de la balada, hoy en día son los celulares. El público agradeció lo que estaba escuchando con aplausos. De nuevo a lo nuevo “Raised on Rock” del STING IN THE TAIL, pura dinamita. A Meine la voz no lo traiciona, no parece un hombre de 62 años cuando canta, conserva la vitalidad, la energía y la fuerza que otros cantantes han perdido con el paso del tiempo. “Tease me Please me” del CRAZY WORLD fue el siguiente en la lista. El turno era para “Dynamite” del BLACKOUT, un auténtico metrallazo a cargo de dos señores guitarristas.
Los viejos seguidores del grupo guardaban su reserva sobre el reemplazo de Herman Rarebell, el baterista de la formación clásica de la banda. Con el solo que hizo James Kottak, demostró con creces que tiene méritos de sobra para tocar la batería de esta institución mundial del Rock llamada Scorpions. Pura energía y un ponche único que impresionó a los asistentes. Kottak es un baterista de la vieja escuela del Rock, en los 80’s tocaba en Kingdom Come, la banda de Lemmy Wolf, un grupo que se hizo conocido por ser un fiel espejo de Led Zeppelin. Cerca de 10 minutos duró su toque, en ese tiempo Kottak tocó y dejó ver el tatuaje que tiene en la espalda y que resume en buena parte lo que representa el sentimiento que despierta el Rock en muchos: ROCK AND ROLL FOREVER (ROCK AND ROLL PARA SIEMPRE).
Esta vez fue Schenker quien se robó toda la atención, para “Blackout”, el siguiente tema del trabajo homónimo, apareció con una venda en la cabeza, el bigote y el cabello medianamente largo, tal como aparece en la portada del disco. La canción, espectacular. Ahora era Mathias Jabs quien se lucía con un solo. Brillante.
“Big City Nights” del LOVE AT FIRST STING. Pura magia. El temor se apoderó de muchos: El grupo se despidió. No podía ser cierto, todavía quedaban canciones que debían sonar. El miedo duró unos cuantos minutos, de nuevo cada uno con su instrumento. Meine invitó al público a cantar “Still Loving You” del LOVE AT FIRST STING, la gente lo siguió. Sonó perfecta. “Bogotá…what more can I say? There is No One Like You”, incluida en el BLACKOUT, singular presentación por parte de Meine, un tema aplastante. Y, por supuesto, no podía faltar el tema más conocido del grupo “Rock You Like a Hurricane”, contundente lección de buen Heavy Metal. De nuevo se despidieron. 110 minutos repasando la historia de uno de los grupos más importantes del Metal. Para los que conocen a Scorpions por lo que ha sonado de ellos en la radio, faltaba una canción, para los demás, unos pocos, faltaban demasiadas. Meine cantó a capella “Wind of Chance” del CRAZY WORLD, tal vez la canción más cargada políticamente de los alemanes. Ahora si se había acabado.
Sin lugar a dudas, uno de los mejores conciertos que se han visto en Colombia, por muchas razones: La más importante, dos excelentes bandas, por las bandas nacionales, la producción, la logística y la entrega del público, a pesar de que la mayoría salió con la tristeza de no haber escuchado plenamente “Wind of Chance”. Si fuese por eso, tendría que reclamársele al grupo por “In Trance”, “The Same Thrill”, “Fly to the Rainbow”, “Another Piece of Meat”, “He’s a Woman, She’s a Man” y un largo etc, etc. Lo cierto es que Scorpions tocó en Bogotá, antes de que su aguijón deje de picar…
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