Por: Javier Barrero
lemuroculto@yahoo.es
Nunca es tarde para ver a una leyenda. 25 años después de que TOTO grabara el sensacional TOTO IV, tocó en Bogotá. Antes de esa joya, en 1979 grabaron HYDRA (Personalmente me parece el mejor trabajo del grupo). Claro que no sólo cuenta que la leyenda toque, se necesita todo el respaldo técnico y logístico para que todo salga bien.
Efectivamente así fue. No hubo inconvenientes con la entrada, la organización tenía todo dispuesto para el ingreso del público y de los medios de comunicación. El cambio de sitio del toque facilitó todo. Un concierto en el centro llama mucho más que uno a la salida de la ciudad.
TOTO es el tipo de banda que ofrece poca resistencia: gusta a quienes de verdad les gusta la buena música. Es una auténtica cátedra dictada por cinco fenomenales artistas que sobre el escanario demuestran la categoría, sapiencia y calidad que sólo el tiempo y la disciplina otorgan. La heterogeneidad del público denotó que cuando se hace buena música, se traspasan las fronteras cronológicas y de gustos.
Se mezclaron tranquilamente vieja guardia, rockeros, funkeros, poperos hasta metaleros, de ambos géneros y de todas las edades. Personajes de la vida nacional, artistas y periodistas recordaron en vivo los temas que inmortalizaron a TOTO. 9.45 pm Downtown Majestic (Excelente nuevo local para eventos), la tarima y el juego de luces anunciaban el comienzo del show. Contrario a lo que ocurre con otros grupos, TOTO empezó a tocar sin nungún tipo de aspaviento. Así debe ser. Dos temas para calentar el público, primer rubí: PAMELA, la balada a medio tiempo que no los dejó olvidar del mundo a mediados de los 90 s. La guitarra de Steve Lukather sonaba precisa (Es decir, las guitarras, usó más de tres en el concierto), tímidamente Bobby Kimball acompañaba cada canción.
En el bajo, un veterano de mil batallas y mil bandas, por mencionar sólo a Eric Clapton y Phil Collins. En el teclado, un medio-veterano músico de color que tocó impresionantemente bien. La segunda guitarra y voz líder en varios temas, muy correcta, en la batería el señor Simon Philips, ex de muchas bandas, Judas Priest, no hay más qué decir, un baterista sensacional. Las luces y el ambiente convirtieron el evento en una reunión de viejos amigos, aquella reunión en la que uno se encuentra con personas que no veía desde hace un buen tiempo. TOTO tocaba con una clase y una calidad que no permitía descanso a los asistentes.
El teclista tocó varios temas sólo con su instrumento. Me quedé con las ganas de escuchar las versiones originales de 99, Hydra, Georgy Porgy, por no decir St George and the Dragon. Cada uno de los músicos tuvo tiempo para lucirse con un solo. ROXANNA sonó muy bien, HOLD THE LINE, ni qué decir. Un pequeño descanso sólo para que el grupo se despidiera con una de las canciones que impactó más en la década del 80 y aún sigue gustando demasiado: AFRICA. Nada más que decir, disfrutar al máximo. Fueron dos horas repletas de energía, de nostalgia, de música muy bien hecha y de un público que estoy seguro no olvidará tan fácil esta majestuosa esencia de la música a cargo de TOTO.
La logística, producción y realización del evento, 10 puntos. Estoy seguro de que TOTO disfrutó tanto del toque como los que estuvimos ahí viéndolos. Lo apuesto.
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