CARLOS VENEGAS: EN GUARDIA Y A TOCAR

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Por: Alejandro Barbosa V. Especial para: www.fortindelcaballero.com


Cuando se repasa la historia del metal colombiano es preciso destacar, la magia de músicos que desde temprana edad tomaron en sus manos un instrumento, para hacer de este, el arma de batalla que al mejor estilo de un jedi como Luke Skywalker en la guerra de las galaxias, permite lograr el reconocimiento de una nación, ante el inevitable parte de victoria.

Ovaciones, aplausos y la excitación del público se hacen sentir en lugares como el barrio San Fernando con el famoso concierto de lanzamiento de Killcrops en 1996, o con la generosa presentación de Underthreat, en el Festival de Rock al Parque 2004.

Algún novato de la escena, curioso de la música o amigo de la información puede preguntar ¿cuál fue el ingrediente de las bandas que hizo especial este encuentro con la gente? Cada quien defiende lo suyo. El ingeniero de sonido vital como siempre fue la base para lograr el objetivo. Sin embargo, hay un actor sobre el cual en aquellos momentos de euforia se posaron todas las miradas. El guerrero imbatible, quien con tezón y el poder de su guitarra se ganó el corazón de los asistentes. Este señor que prepara los dos minutos para la ignición de su nuevo proyecto con Mekanix tiene nombre propio: Carlos Venegas.

Un colombiano en guardia y listo para tocar. Amigos del caballero negro, es grato para mí presentar la entrevista del mes en perfiles.

Alejandro Barbosa: Cómo está Carlos! Cuál ha sido la experiencia de estos años alrededor del metal en su camino como guitarrista?

Carlos Venegas: Gracias! Es un recorrido de bastante experiencia. En 1993 yo comencé siendo un niño. Yo tenía 15 años cuando empecé a tocar la guitarra y tuve la fortuna de entrar a una banda ya consolidada que era Sangre Picha, luego de pasar por un grupo de renombre que se llamó Cancerbero. Ellos conocían a la gente de SP y por eso pude entrar en la alineación. Lo que inicialmente aprendí fue la experiencia de conciertos en tarima. El contacto directo con la escena de esa época que era un fuerte movimiento de adeptos al metal. Lo recuerdo como algo muy emotivo. Al mismo tiempo que entré a la banda me tocó prestar servicio y esto condujo a pedir permisos y cuando no me los concedían, algo me inventaba con tal de tocar.

AB: Cómo hacer que las cosas salgan bien cuando se combina la rutina del deber con lo que a uno le gusta?

CV: Es curioso. Yo entré a prestar servicio militar un 5 de diciembre y dos meses atrás había ingresado en la banda y ese día teníamos un concierto con Sangre Picha en Corferias. Evento del que finalmente tuve que desistir. Las dos cosas sucedieron al mismo tiempo y yo no podía desaprovechar la oportunidad de tocar con Sangre Picha porque yo sabía que era el momento apropiado para darme a conocer como guitarrista. De ahí en adelante asistí a todos los conciertos. Llegó el primer Rock al Parque para mí en 1995 en la Media Torta y yo salí directamente del batallón a tocar. Tuvimos un ensayo pequeño dentro de los camerinos. Apremiado por el tiempo, con algo de afán y estrés tuve que ensayar dos temas, para luego en un santiamén estar arriba del escenario con todo dispuesto para alucinar con el público. Ya después terminé de prestar servicio y esto me permitió meterle más la ficha para grabar el primer disco de Sangre Picha que fue “Evolución Irremediable” en 1996.

AB: ¿Cuánto tiempo les tomó sacar ese trabajo?

CV: Ese trabajo fue el adiós de la banda porque salió costoso y condujo a la quiebra del grupo. Al disco se le hizo una inversión grande que la hizo la mamá del baterista. Prácticamente unos diez meses grabando el disco y lo grabamos tres veces completas. La primera vez se grabó en el estudio donde llegamos, con un ingeniero que se llama Peter Schoeder, quien fue el guitarrista vocalista de Kronos de Cali. En ese tiempo se tuvieron muchos problemas con él y con el estudio. En aquel entonces por problemas personales y económicos, él salió del estudio y nosotros estábamos en plena grabación; todos se hecho a perder. Las cosas llevaron a volver a grabar con él mismo pero en otro estudio. Teníamos que llegar bien temprano porque el acuerdo era entre 6 de la mañana y las 9 de la mañana. Llégaba uno refrío a tocar para poder cumplir con el tiempo estimado por el estudio. Era tenaz. Salió el disco y por problemas de mezcla y de ingeniería final, el disco no salió como nosotros esperábamos en sonido, lo cual llevó a no tener la respuesta en ventas adecuada y la banda se quebró porque sólo se recuperó la mitad de la inversión. En 1997 salía a la luz este trabajo con nuestra tercera participación consecutiva en el Festival de Rock al Parque que llevaba también ese número de ediciones.

AB: Los 80’s fue una época en la que resaltó el trabajo empírico, al principio como un deseo de emular a grandes artistas del mundo, a quienes los músicos colombianos admiraban, para después de comenzar a trabajar en una sala de ensayo con covers, finalmente aterrizar en la autonomía y autoexigencia propios. ¿Cómo fue su evolución como músico en los 90’s para llegar a ser un guitarrista profesional?

CV: Yo soy totalmente empírico. Yo tuve dos estudios en academia para reforzar cosas que yo sabía que necesitaba. Habían elementos que yo tenía ya claros porque los había aprendido antes. Sin embargo habían otros de teoría y gramática que no y eso fue lo que estudié. Cuando yo comencé, lo hice como todo el mundo sacando canciones de Metallica, de Sepultura, de Slayer, etc. Esas eran las bandas de esa época. Ya después de algún tiempo tuve la oportunidad de ver a algunas bandas en vivo. Más o menos en 1992 que eran de hard rock y se acabaron. Yo fui a un concierto en el coliseo el Salitre y tocaron Ekhymosis, Escape. Eran como cinco bandas de esa época y viendo al guitarrista de Escape, me acuerdo que cuando lo ví dije sí se puede. Me motivo tanto que cuando yo pensaba en guitarristas como Kirk Hammett para mís adentros, era algo imposible de hacer y viendo al guitarrista de Escape él fue mi impulso para tocar. Tuve la oportunidad de decírselo porque grabamos en el estudio de él y fue muy bacano. En esa época había un alto nivel. Claro que ningún músico enseñaba ni dictaba clases particulares. Si uno les pedía el favor la respuesta era: “sabe qué váyase a montar bicicleta que eso no es para usted”. Era muy hermético todo, ellos se quedaron ahí con ese nivel duro y a uno le tocó arreglárselas solo. De esa forma fui avanzando con el refuerzo de cursos de gramática para tener una base mucho más sólida. Todo aplicado a lo que yo hacía. Muchos de los músicos que son contemporáneos conmigo estudiaron géneros como jazz y cosas latinas y se cambiaron al metal. Eso no me parece correcto porque si uno tiene una meta se debe estudiar con base en ese objetivo y tener claro lo que se necesita aprender sin desviarse del camino.

AB: Con bandas reconocidas en esa época hablamos de Darkness, La pestilencia, Purulent, Masacre, etc., grupos que movían las masas en Rock al Parque. ¿Cómo se veía Sangre Picha en ese momento frente a esas bandas cuando tenía un estilo propio e impactaba al público en el escenario con su música?

CV: Sangre Picha siempre tuvo un público muy fiel. Yo me acuerdo que los conciertos de Bogotá eran como de la familia porque iba la misma gente. Siempre los fans desde un comienzo siguieron lo que fue la carrera de la banda. El respaldo fue incondicional. El primer vocalista de SP sale a ocupar la alineación de Agony y el bajista venía de una banda con tradición que se llamaba Esquirla, quien actualmente me acompaña en Mekanix. Cuando yo entré, la formación era distinta con nuevo vocalista y bajista respectivamente. Sin embargo, la gente seguía pendiente de todo ese proceso y continuaba asistiendo a los conciertos. Nosotros con un excelente show les cumpliamos como se debia a ellos. Tratamos de tener buen sonido de la banda y contar con equipos propios para esa época. El back line de Sangre Picha era nuestro y muy bueno. La batería la colocaba el baterista de Insagnia con un instrumento que costaba como 15 millones de pesos en esa época y era un monstruo. Tipo la batería de Nicko McBrain de Iron Maiden que tiene un solo bombo y la cantidad de platillos por todo lado. Impresionante!

AB: ¿Un momento mágico para usted como guitarrista con una banda de rock?

CV: Si hay que mirar momentos especiales, para mí el mejor concierto que he tenido en toda mi vida musical y por encima de cualquier Rock al Parque, ha sido el concierto del lanzamiento de Killcrops, en un salón comunal en el barrio San Fernando. Con una infraestructura como esa, en Bogotá nunca más se volvieron a vivir conciertos así. Creo que fueron alrededor de 500 personas. Algo muy brutal.

AB: ¿Cómo se ve Carlos hoy a lo que fue antes cuando inició con Sangre Picha?

CV: Una evolución grande. Eso es lo que analizo cada vez que me miro. Trato de colocarme metas cortas para cumplirlas rápido y cada vez que cumplo una miro hacia atrás todo lo que ha sucedido y me doy cuenta que la ganancia ha sido enorme. En mis comienzos era un niño muy inmaduro en lo que pensaba con respecto al rock, al metal y como guitarrista. Yo tocaba sin tener un norte fijo. Sólo por aparecer en un escenario y nada más. Hasta llegar a tener una banda de heavy metal porque la primera vez que ví a Helloween como en 1993 dije esto es lo mío. Me pegó tan fuerte esa banda que yo no quería oir otra cosa distinta y dije algún día debo llegar allá; siempre quise hacer una banda de heavy pero nunca pude. Llegó el momento de definirme y decir tengo las herramientas para saber que camino tomar. Fundo Mekanix para explotar lo que tengo tratando de dar pasos certeros sobre lo que en la actualidad se tiene pensado con la banda. Esa experiencia y madurez me la dió tocar con Sangre Picha, Killcrops y Underthreat; además de saber lo duro que es ser líder de una banda. La persona que se encarga de consolidar una banda tiene que guerrearla mucho más que los músicos que están tocando.

AB: ¿Como reparte usted el tiempo de trabajo porque usted también dicta clases de guitarra y el tiempo que le dedica a Mekanix?

CV: En este momento tengo la ventaja de estar dedicado completamente a la música. Esto me da el tiempo de poder distribuir el tiempo en los ensayos, en la composición de la banda, dictar las clases. Todo en relación a la música me permite organizar los horarios como yo quiero. Uno puede vivir de la música, sin embargo, para vivir de la música hay que primero vivir por la música. De esa forma se retribuye porque uno lo está haciendo con todo. Con el alma, Con todo su cuerpo, con el corazón... Es algo que usted no está haciendo a medias. En lo que se refiere a los alumnos que yo tengo trabajo unos sistemas individuales en cada persona. Hay personas que tienen mayor talento que otras y personas que realmente no sirven. Yo lo que hago es, a quienes entienden del tema les doy una guía y eso se me reinvierte porque hay cosas que yo no practiqué cuando empecé y debo volver a practicarlas para darlas a conocer. Es una retroalimentación constante. Me siento favorecido por eso.

AB: ¿Le hacen críticas constructivas dentro de ese diálogo sincero que debe existir con los alumnos?

CV: Como en todo las hay. Hay alumnos que me piden cosas que no enseño. Lo que hago es tratar de enseñar lo que ellos van a aplicar. Uno tiene tanto sonido en la cabeza que en la práctica todavía está quedado. Para hacer lo que usted quiere no necesita de tanta teoría. Usted debe aprender lo que va a aplicar de inmediato, si no se va a estancar como guitarrista porque de aplicar tantas cosas va a llegar el momento en que se cansó porque no hizo ninguna. Yo doy clases de rock y de metal. El rock es básico. El metal es evolución pero también tiene cosas que son muy clásicas. Esta música seguirá siempre hasta la eternidad sin perder lo básico. El metal que va a seguir es el clásico porque es lo que realmente contiene la esencia del rock y del blues. Cuando uno trata de mezclar tantos ritmos y hacer tantos compliques en la música, no se llega a ningún lado. No hay futuro. Se entra en una moda. A veces se pone de moda el heavy, el thrash, el death, etc. Dentro de esos géneros hay algo clásico que los une y va a perdurar por siempre. Yo trato de que los alumnos entiendan eso porque uno cuando está comenzando en lo único que piensa es en la velocidad, en ser el más duro, en meter la mayor cantidad de notas y no piensa en la verdadera consolidación musical.

AB: ¿Hablemos ahora de Mekanix, del proyecto de la banda y su estilo?

CV: Mekanix es una idea que nace de un proyecto personal que tenía hace mucho tiempo. Inició como una banda de covers de grupos dentro de los 60’s y los 70’s. Hay una primera alineación donde somos bajista, baterista y yo canto y toco la guitarra. Nunca había hecho las voces, me lancé y me funcionó. Tocábamos covers de bandas como Black Sabbath, Led Zeppelín, Jimmy Hendrix. Genial porque yo siempre he tenido un toque muy metalero. Al mismo tiempo le agregábamos rock y se creaba un estilo propio. Ese primer proyecto se llamó Az de Espadas en el 2003. Conciertos donde yo venía de tocar death metal para pasar a una banda de rock y no sabía como la gente lo iba a tomar y para satisfacción mía lo recibieron muy bien. Me decían que ellos asistían a los toques porque les gustaba verme y eso para mí era un motivador de primera. Ese proyecto lo creé con el propósito de conocer músicos para consolidar Mekanix. A finales del 2003 conocí a un excelente baterista. Con los músicos que tenía en Az de Espadas no podía hacer lo que quería en Mekanix porque ellos no eran metaleros. Eran músicos rockeros. Conocí al baterista y en febrero de 2004 comenzamos a tocar algunos temas. A mediados de 2004 como en agosto, después de audicionar mucha gente conseguimos a un vocalista que se llama Julián Ruiz, quien cantaba en una banda que tenía el nombre de Soldiers of Hell y el bajista es Francisco quien tocó el bajo en Sangre Picha y en Esquirla. Ya lo conocía de antes y me había hecho cruces con Az de Espadas pero de un solo toque porque él estaba entre el estudio y el trabajo. Además, en ese tiempo estaba cerca de graduarse. Había veces que él no podía ni ensayar. No era fijo. En agosto él ya había terminado su ceremonia de grado, le podía meter la ficha y allí se consolidó la banda.

AB: ¿Cuéntenos sobre esa primera formación de Mekanix?

CV: La primera formación de Mekanix era: Julián en la voz, Enrique en la batería, Pacho en el bajo y yo en la guitarra. Con ellos empezamos a hacer los temas para grabar un demo. Tuvimos un concierto y decidimos que para el 2005 debíamos grabar el demo como tenía que ser. A finales del 2004 tuve problemas con el baterista y se salió de la banda. Tuve la suerte que me llamaron y me dijeron que había un baterista colombiano que acababa de llegar de Europa y que estaba buscando una banda de heavy metal. Yo solamente conocía a una persona que se había ido a Europa a estudiar este instrumento y él era de la época que yo empecé. Me supuse eso y cuando le pregunté preciso era Mauricio Chamucero. El mismo que pensaba. Le conté de lo que pretendía con la banda, le gustó y arrancamos con ésto. El duró cuatro años viviendo en Inglaterra. Tocó con una banda que se llama Shadow Keep y después con una banda que se llama Dragon Force, con el último álbum de ellos. Él lo grabó como baterista de sesión. Cuando llegó a Colombia con él empezamos a grabar el demo de Mekanix en marzo de 2005. El vocalista tuvo problemas para seguir en la banda. A mí me toco bajarme del bus otra vez y en plena grabación conseguir vocalista. La grabación quedó quieta un tiempo mientras conseguíamos vocalista. Ya en el estudio el productor musical quien es Jorge Holguín me dijo que él conocía un vocalista muy bueno en Armenia, que si quería le pagara los pasajes y lo dejara quedar aquí y el hombre me grababa. Según Jorge este muchacho tenía una excelente voz. Un vocalista muy bueno. Impresionante que nos motivó a grabar los dos temas del demo. Un guerrero completo este personaje que se llama Jorge Andrés Bermúdez y tiene una banda en Armenia que se llama Ares. Magnífico trabajo el de este muchacho. Se sacó el demo y ahí quedamos estancados porque sin vocal! Cuatro meses mas parados en la búsqueda. Después de tanto esperar tuve la suerte de conocer a Fernando Solís, quien venía de una banda que se llama Antípoda. A él lo conocí. Me dieron el teléfono pero yo nunca lo llamé. Estaba un poco desmotivado porque no encontraba vocalistas que hicieran lo que hizo Jorge Andrés. Lo bueno de él fue que me dejó un buen nivel para buscar y lo hizo muy difícil y fue él quien me llamó. Efectivamente Fernando Politte se le midió y no nos equivocamos con él porque es uno de los mejores vocalistas de Bogotá. Actualmente hace parte de la formación Mekanix 2006.

AB: ¿Cómo ha sido la experiencia de la gira que celebra los 10 años de Legend Maker?

CV: La gira se cuadró gracias a Perpetual Whitness porque ellos fueron los que hicieron el contacto y cuadraron con Legend Maker y decidieron que se iban a llevar otra banda y nos escogieron a nosotros. Fuimos a Barranquilla, ciudad en la cual el toque fue excelente. La gente nos acogió muy bien. Tocamos aquí en Bogotá con escasa asistencia. Más o menos entre 80 y 100 personas. De igual forma con una excelente presentación de la banda. Ya el concierto que sigue es en Popayán a comienzos de mayo. En casi todo este mes solo son conciertos los fines de semana. Tenemos Ibagué, Cali, Bucaramanga, Medellín y otras ciudades por confirmar. Es algo como para dar a conocer Mekanix afuera. En Barranquilla nos fue bien con la venta de demos y a la gente le ha gustado la banda. Ellos saben que van a ver a Mekanix y quedan al final con la sensación de un buen show. Músicos de calidad porque sabemos lo que queremos y para donde vamos y no somos una banda que está empezando.

AB: ¿El concepto de Mekanix es suyo junto a la composición de los temas. De dónde viene el logo y el nombre de la banda?

CV: Mekanix es una idea entre robótica y cibernética. Futurista enfocada por los lados de Terminator, de Matriz o de la Guerra de las Galaxias. Para mí los mekanix son cosas que ha creado el hombre. El mekanix existe dentro de cada persona que quiera ser una máquina. Un mekanix puede ser un avión de combate o puede ser un tanque de guerra o una excavadora o un carro de carreras. Esos son los grandes mekanix que ha creado el hombre, sin embargo, el que lo crea es el mekanix (el cerebro). De ahí nacieron los mekanix. Hay muchos en la tierra que la poblaron y están ahí creando cosas y que uno disfruta de esas cosas. Los temas están creados entonces con base en la robótica, lo que no quiere decir que éstos no tengan el feelling de otros temas de bandas más románticas en su estilo. Mekanix no es sólo algo mecánico o fijo, sino que también necesita de ingredientes que generen emociones en el público cuando escuchen la banda. Uno puede mostrar a una persona que fue sometida a una operación o alguien que fue injertada con materiales mecánicos que es algo que no le pertenece, sin embargo, pasa a ser parte de un mekanix. De la mente de una persona que se inventó algo para que pudiera ser parte de su cuerpo y le permitiera tener movimiento; es algo que se puede llegar a sufrir con un accidente. Hay muchos puntos de vista pero enfocados hacia lo mismo.

AB: ¿Brevemente una descripción de los tres temas que acompañan este trabajo?

CV: Los temas van al punto que yo quiero que vayan. Tengo la posibilidad de concretar lo que pensé. El primer tema es instrumental que es la intro para Mekanix en los conciertos. Se llama “Two minutes before ignición” - “Los dos minutos antes de la ignición”. Es como cuando va a despegar un cohete y empiezan a contar. Es un tema de introducción frente a los otros dos temas. El teclado lo hizo Shine que es un teclista reconocido en Bogotá. La producción musical si la hice yo. Después viene un tema que es “Mankind remember the pain” que es un tema que habla de la humanidad que aún recuerda lo que ha sucedido. Uno no puede olvidar los hechos de dolor que han marcado a mucha gente en Bogotá o en Colombia y por lo que nosotros estamos sometidos. La humanidad recuerda el dolor. Las guerras y lo que son las armas son mekanix para el mal. Y el segundo tema compuesto con letras se llama “Trapping a box” que es como un alma atrapada en un cuerpo humano. Es algo como enfocado a Dark Vedder, Anakin Skywalker en la Guerra de las Galaxias. Una persona que tuvo que ser reconstruida y está atrapado en una caja. Sometido a ese material o cuerpo robótico que es el que le mantiene con vida. Él está sufriendo por dentro porque hay cosas que no le permiten ser normal y “Trapping a box” es eso. En la realidad también pueden haber muchas personas o cosas que se sienten así. No necesariamente atrapados en una caja robótica como androides sino que también se pueden sentir atrapados cuando están encerrados o privados de la libertad en una carcel o secuestrados. Si hablamos de los trabajos pueden haber algunos extenuantes y rutinarios que no permiten a las personas otra opción diferente a trabajar entonces están ahí atrapados en una caja. En síntesis, los temas de Mekanix son temas muy diversos que están enfocados hacia algo moderno, cibernético.

AB: ¿Además del demo han pensado en grabar un cd y qué material va a contener?

CV: El disco desde el 20 de abril vamos a entrar a grabarlo. Va a tener ocho o nueve temas. Hay varios temas compuestos. Hay uno que se llama “The Punisher”, otro titulado “Galaxy Ci Five”, es el avión más grande del mundo. Son bien logrados y en lo personal me gustan bastante. La idea es que el trabajo salga en octubre de este año y sea grabado en Artico records con la producción de Jorge Holguín, quien es una persona externa a la banda, quien además entiende el concepto de Mekanix y le da forma, para que este producto sea agradable, total y universal.

AB: ¿Qué significa el rock para usted?

CV: El rock es una cultura, una raza universal. Es milenario. El rock no es música porque ésta tiene reglas y parámetros que el rock los rompe. Es un movimiento de masas. Es mi religión y lo es todo.

AB: ¿Una cualidad suya?

CV: Siempre pienso es en mis errores. Creo que perseverar. AB: ¿Su mayor defecto?

CV: No poder controlar los instintos. El mal genio.

AB: ¿Qué significó Killcrops para usted?

CV: El reconocimiento como guitarrista. La gente que me recuerda es por esa banda. Siempre tuve buenas relaciones con los músicos de Killcrops. Tuve además la oportunidad de tocar en los mejores conciertos y además de pertenecer a la mejor banda de Colombia en concepto y en música. Es una banda mágica. Sentía algo que no lograba con otras bandas. Es experiencia. En este momento hay dos temas nuevos que yo los compuse y ellos los siguen tocando.

AB: ¿El momento más recordado con Underthreat y por qué? CV: El momento mas recordado es el Rock al Parque del 2004, la respuesta del publico fue brutal, fue un concierto mágico por la hora y todo el resto, en el último disco de Underthreat, Deathmosphere viene un tema en concierto de ese día editado en USA y se logra capturar esa energía de la que hablo, under threat es un grupo que a llegado muy lejos y merece todo el apoyo tanto de los músicos de metal como de la gente que escucha metal.

AB: ¿Dónde y cuando nació usted?

CV: Yo nací el 7 de julio de 1977 en Bogotá.

AB: ¿Se imaginó alguna vez cuando niño que iba a ser guitarrista?

CV: No nunca. Siempre quise ser piloto de avión y tengo mi guitarra de puntas en honor a eso, a un avión. El tocar es cumplir mi sueño de poder volar y lo relaciono mucho con la música. El subirse a un escenario y poder viajar a través del goce de la música, sin necesidad de meter nada, sólo por el hecho de hacer rock n’ roll.

AB: ¿Tres guitarristas que lo trasnochen?

CV: Hendrix, Blackmore e Yngwie Malmsteen.

AB: ¿Un mensaje para la comunidad del fortín del caballero negro?

CV: Un saludo a todas las personas que lean la entrevista. A todas las personas que han apoyado la escena en general y que sigan rockeando.


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