Por: Javier Barrero
Fotos: Daniel Barrios & Asociados.
Si existiera dios, se pintaría la cara de blanco y negro. No sería uno, serían cuatro.
Han pasado casi 30 años desde que tuve el primer contacto con Kiss. Justo para mi cumpleaños número ocho, un compañero del colegio hizo algo que cambió mi vida: Me regaló un lp, un lp de Kiss para ser exacto. Se trataba del “Destroyer”, un excelente disco en cuya portada aparecían cuatro personajes maquillados exageradamente de blanco y negro en sus caras parados sobre la cima de una montaña. En aquel entonces ya había tenido contacto con el Rock, a través de lps de Deep Purple, sobre todo el glorioso “Last Concert In Japan” de 1977.
A partir de ese momento he dedicado buena parte de mi vida a investigar y, sobre todo, a escuchar a la banda más grande de Rock que existe sobre el planeta. Ojo: Digo grande, no mejor ni más importante.
Gracias a lps primero, luego cds y ahora dvds, escuchaba y veía sobre escenarios de todo el mundo a Paul Stanley, Gene Simmons, Ace Frehley y Peter Criss, poco a poco el grupo cambió de miembros: Vinnie Vincent reemplazó a Ace Frehley, Eric Carr a Peter Criss, luego Mark St John (QEPD) ocupó el puesto de Vincent, Bruce Kulick entró por St John, Eric Singer se sentó en el puesto de Carr (QEPD). En 1996, después de muchas súplicas y pedidos, Frehley y Criss vuelven a sus puestos y se embarcan los cuatro en una mega gira. Todo esto quedó guardado en un material audiovisual llamado “The Second Coming”. La supuesta ‘reunión’, duró poco, de nuevo las diferencias salieron a flote, Criss y Frehley se van, regresa Singer a la batería, esta vez la guitarra líder la tomó Tommy Thayer, guitarrista de la banda de los 87’s Black ‘n Blue, grupo producido por el mismo Gene Simmons. Peter Criss eventualmente tocó con el grupo. A partir de ese año (1996), el grupo no ha parado, sacaron un cd de temas nuevos y varias recopilas, en cd y dvd. Tenía que verlos.
Todos estos años soñaba con el momento de ver en vivo a estos cuatro marcianos que marcaron mucho la historia de la música universal. Se escuchaban rumores sobre Kiss en Bogotá desde hace mucho tiempo, infortunadamente no pasaban de ser eso: Rumores. Los de Nueva York ya se habían presentado un par de veces en países como Argentina, Brasil y Chile. Colombia, por diferentes motivos, nunca estuvo en su agenda.
Una Luz en la oscuridad
El “Kiss Alive 35 Tour” incluía inicialmente Argentina, Brasil, Chile, Perú y Venezuela. Para variar, Colombia no aparecía. Una luz de esperanza brilló al fondo del túnel de amargura que generaba la frustración de no ver al grupo tocar en tierras colombianas cuando le ofrecieron a nuestro país una fecha. El único inconveniente ahora era sortear la fuerte oposición de la pacata sociedad criolla, pues, además de creer absurdamente todavía que Kiss es “Kings in Satans Service”, no toleraron que esa fecha fuese precisamente el sábado santo, un día con demasiadas connotaciones religiosas. Sobre el papel, claro. La realidad práctica es otra cosa.
Las ganas de los miles de fans le ganaron a la negativa de muchos. Pasados unos días de marzo se hacía oficial: Kiss en Bogotá, sábado 11 de abril de 2009.
Media Corp asumió el riesgo de traerlos. Tal vez lo único que generó polémica del concierto fue la elección del telonero. Memento, banda de Rock nuevo, abrió. No les fue muy bien, a decir verdad. 20 minutos duró su presentación. Para mucha gente fueron los minutos más largos de su existencia.
Aterrizan los marcianos
Sobre las 8 de la noche en punto el telón gigante con el logo del grupo cayó rápidamente para darle paso a las notas de “Deuce”, el excelente tema incluido en su primer trabajo. La magia se apoderó del ambiente. Gene con su bajo negro, Paul con su guitarra plateada, Tommy con su Gibson y Eric detrás de su Pearl, se apoderaban de las más de 30 mil almas presentes en el Parque Metropolitano Simón Bolívar. Recuerdo sólo un inicio de concierto tan impactante como este: Roger Waters, 9 de marzo de 2007.
Si eso no era lo suficientemente impactante, siguieron con “Strutter”. Para ese momento ya sabía que estaba viendo ‘El espectáculo más grande en la tierra”. Lo increíble, además de su excelente música es su show y más increíble aún es que, aún sabiendo lo que va a pasar, nos sorprenden.
Me refiero a que ya sabíamos qué iba a pasar en cada tema. El tercero “Hotter Than Hell” del lp homónimo, nos mostró a Gene Simmons haciendo dragones (Botando fuego por la boca). El cuarto “Nothing to Lose”, mostró a Eric Singer en su faceta de cantante (Su voz ronca por momentos nos recuerda a la de Peter Criss).
Para el quinto “C’mon and love me”, los fuegos artificiales y la pólvora hacían una perfecta simbiosis con la música, cada uno de los marcianos representaba su papel a la perfección.
Paul, presentó la sexta canción como ‘La más pesada y rápida’ de Kiss, se trataba de “Parasite”, simplemente alucinante. La séptima, atronadora “She”. Tommy Thayer demostró por qué Gene y Paul lo escogieron como guitarrista líder. Acto seguido “Watchin’ You”. Por momentos pareciera que estábamos escuchando el Alive I. En “100.000 Years”, Eric Singer superó el solo que hizo Peter Criss.
La fiesta continuó con “Cold Gin”. Más emoción para el corazón. “Let Me Go Rock ‘N Roll”. Ahora la sorpresa de la noche: “Forever”, Paul se disculpó con el público porque no estaba incluida en el repertorio. No sé, me cuesta trabajo creer que algo de un show de Kiss no esté calculado.
Antes de seguir con las canciones me parece pertinente decir que a un concierto de Kiss van dos tipos de público: El que va a ver el show y el que va a escuchar al grupo. Infortunadamente el colombiano, en su mayoría hace parte del primer tipo de público, lo comprobé en cada canción, poca gente cantaba los temas, apenas parpadeaban con lo que estaban experimentando. “Black Diamond” terminó por erizar a los asistentes.
Durante mucho tiempo el grupo tenía la costumbre de cerrar sus conciertos con “Rock And Roll All Nite”, esta vez la cosa cambió, ya no cierran con este himno, lo incluyen en la mitad.
“Shout It Out Loud”, siguió la lista de clásicos. Luego “Lick It Up”, el único tema de la época ‘Desenmascarada’ programado en su repertorio, finalmente no lo fue. Ya habían tocado “Forever”.
Normalmente un hombre que está próximo a los 60 años, sin ningún tipo de problemas económicos ni de salud, comparte su tiempo con su familia sin arriesgar mayor cosa. Ese no es el caso de Gene Simmons. Para cantar “I Love It Loud” el susodicho ‘Demond’ fue alzado a una de las cerchas que bien podría estar a 10 mts de altura, “Colombia…mucho gusto” dijo con su clásica voz gruesa antes de cantar el tema. Paroxismo.
La siguiente canción definitivamente acabó de ganarse a los asistentes “I Was Made For Loving You” se escuchó fantástica.
Si Gene no tiene necesidad de arriesgar nada, menos su socio Paul Stanley, a pesar de la pertinaz lluvia, el mejor “Show Man” del mundo de la música se instaló en la polea para desplazarse hasta el centro del público, al lado de la consola de sonido, desde allá cantó “Love Gun”. Nada que hacer.
‘Bogotá Rock City’, gritaba Paul, ya sabíamos cual tema seguía, el último. “Detroit Rock City” cerró el mejor concierto de Rock que se haya visto por estas tierras. Sólo igualado por el de Roger Waters.
Fueron los 125 minutos más impactantes de mi vida. Todo se alineó: Producción, logística y sonido impecables. En la tarima, un sueño que dejó de serlo. En la memoria, el recuerdo imborrable de este tremendo espectáculo y la leve sensación de que la felicidad existe.
Pensaba titular esta crónica con “El resto es mugre”, pero me arrepentí, no porque esté lejos de la realidad, lo hice por respeto a quienes ven a Kiss sólo como cuatro personajes maquillados que hacen buena música.
Nada que agregar, sólo mil gracias Media Corp.
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