SIETE QUE SON CINCO…
Foto: Alejandro Saga
Las calabazas alemanas de nuevo en Colombia. Helloween por tercera vez en Bogotá. Esta vez acompañada por los finlandeses Stratovarius, la banda liderada por Timo Kotipelto. Los dos grupos vienen girando desde finales del año pasado como parte del “7 Sinners World Tour”, haciendo alusión a la nueva obra de los teutones 7 SINNERS. La parada fue el 26 de abril en el Royal Center. La organización anunció una semana antes del concierto que la boletería estaba agotada. Algo raro en estos días, dada la frecuencia con la que nos visitan bandas internacionales.
La banda nacional encargada de abrir el evento fue Mortuorum, Metal melódico de Bogotá, el derecho se lo ganó en un concurso que organizó Rockstone tv. 20 minutos para darse a conocer masivamente. Lo hicieron bien.
Stratovarius salió al escenario para demostrar que es una de las bandas que mejor sabe hacer Power Metal. De paso, aprovechó para presentar unos temas de su más reciente trabajo ELYSIUM. La agrupación es una digna hija de los maestros del género, justamente quienes tocarían más adelante. La melódica voz de Timo Kotipelto, la armonía de los teclados a cargo de Jens Johanson y la maestría de Jorg Michael detrás de la batería, permitieron escuchar los temas del grupo, en buen número de sus más recientes producciones, de una manera única y poderosa, estilo 100% Stratovarius, no sin que se escucharan los clásicos como “Paradise”, “Forever”, “Kiss of Judas”, al final “Hunting high and low” y la infaltable “Black Diamond”.
El tiempo de las calabazas…
Pasó mucho tiempo para que Helloween se tomara la tarima. Detrás del telón gigante de Stratovarius estaba la batería de Dani Loeb, inmensa, tanto así que ocupaba casi la mitad del escenario. Cuatro bombos, pocos músicos utilizan esa cantidad, tal vez el baterista referente en cuanto al tamaño de la batería y del número de bombos es el fallecido Eric Carr de Kiss, que usaba tres cuando tocaba en vivo.
La lista de canciones fue tal cual como la que vienen tocando en esta gira. Comenzó con el primer sencillo de su 7 SINNERS “Are you Metal?”, sin duda alguna, el tema más pesado de su nueva producción. La voz de Deris, criticada por muchos, sobre todo por los más acérrimos seguidores de Helloween en la etapa con Michael Kiske, está mejor que siempre. Y si a eso se le suma la actitud del cantante sobre el escenario, no hay queja alguna.
El ataque sónico continuó con el clásico del KEEPER OF THE SEVEN KEYS II, “Eagle Fly Free”. Un temazo. No había tiempo para tomar descanso porque siguieron con “March of Time”, también del KEEPER II, presentados en un correctísimo español por parte de Deris, algo para destacar, pues no muchos cantantes se toman el trabajo de aprender un idioma diferente al natal o al que utilizan en sus canciones. Otro punto a favor.
El turno de lucimiento esta vez fue para Sascha Gerstner, el compañero de guitarra de Mikael Weikath, uno de los dos miembros fundadores del grupo que aún continúan, el otro es el bajista Markus Grosskopf, un solo con el cual demostró que su puesto en Helloween no fue producto del azar. De nuevo dos temas seguidos de su nuevo trabajo “Where the sinners go” y “World of fantasy”.
Ahora fue Dani Loeb quien hizo justificar el tamaño de la batería que utiliza. Tocó un solo excelente, en el que cada pieza del instrumento sonó a la perfección. Deris presentó el siguiente clásico “I’m Alive”, de la gloriosa década del 80. El siguiente tema lo compuso Gerstner, viene en el nuevo trabajo, se trata de “Stupid Mankind”. Unos segundos de silencio y oscuridad para que los roadies acomodaran las bancas y ajustaran las dos guitarras acústicas con las que Gerstner y el propio Deris interpretaron una versión acústica de “Forever and one” del cd TIME OF THE OATH. Ahora “A Handful of pain” del BETTER THAN RAW, al terminarla Deris preguntó ¿La estaís pasando de puta mierda? A lo que el público respondió enérgicamente Yeahhh…
Dijo el cantante algo así como “Ahora vamos a tocar tres canciones que duran 45 minutos, por cuestiones de tiempo, hicimos un medley que dura 18 minutos”, efectivamente fueron tres canciones seguidas que sonaron muy bien “The Keeper of the seven keys / The King for a thousand years / Helloween”. Y si eso no era suficiente, continuaron con el súper clásico “I Want out” en una versión extendida en la que interactuó con el público. Después de unos momentos de silencio, el grupo volvió a atacar con dos temas que no puede dejar de tocar en vivo “Ride the sky” y “Future World”. Sin palabras.
Para terminar su presentación, un grupo de muchachos disfrazados con batas blancas en las que se leía Dr Stein, recrearon el tema del mismo nombre. Un cierre más que perfecto para un concierto en el que Helloween sigue demostrando que el Power Metal le debe mucho a ellos y que tienen cuerda para rato, a pesar de que ya son casi 30 años en la carretera. Y son cinco, no siete, los pecadores.
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