La historia siempre le ha quedado debiendo a la humanidad. Bien sea por descuido o por no detallar todo, consciente o inconscientemente. Esa es precisamente una de las deudas que le achacan a ella, su parcialidad. El asunto es ¿Existe algún tema, alguna circunstancia o algo que realmente escape de la subjetividad?
En ese orden de ideas 100 MIRADAS AGUDAS A TRAVÉS DEL METAL COLOMBIANO, intenta mostrar, valga la redundancia, al Metal Colombiano no como fenómeno sonoro, algo bastante complejo, pues precisamente la pesadez en el Metal es su principal característica. Se trata de evidenciar visualmente las manifestaciones estéticas de este estilo que, si en la actualidad sigue siendo resistido por buena parte de la sociedad, hace 30 o 40 años, esa resistencia era mucho más explícita, por citar apenas un ejemplo, la famosa citación que le hizo al Rock en general, un comité de puritanos y beatas estadounidenses, encabezado por Tipper Gore, exesposa de Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, irónicamente un personaje de mente abierta y muy dado a la comunicación. Esta santa inquisición, versión siglo XX, acusaba a la música, en el especial al Rock y al Rap, de ser vehículo de perdición y culpable de muchos suicidios, así como de malas conductas en los jóvenes nacidos en la tierra del Tío Sam. Su nombre era Parents Music Resource Center (Centro de Recursos Musicales para Padres). Para desgracia de ellos, el Metal respondió a ese llamamiento enviando a uno de los mejores vocalistas de Heavy Metal y una mente bastante consecuente con su discurso: Dee Snider, el famoso vocalista de Twisted Sister. El resultado simplemente ratificó que las acusaciones del grupo de pacatos no pasaban de ser meras especulaciones sin fundamentos sólidos. La intervención de Snider fue contundente.
La estética en los trabajos de las bandas de Metal es uno de los focos sobre los que se consolida todo el concepto de los grupos. En nuestro país la década del 80, en particular la segunda mitad de ella, significó la aparición de los sonidos estridentes, acompañados de imágenes agresivas, llenas de poder visual que otros estilos musicales no consideraban válidos o vendibles. Las décadas posteriores también dejaron testimonios visuales muy importantes.
Este ejercicio solo trata de acercar a todos apenas 100 ejemplos de las portadas que por diferentes circunstancias en su momento se consideraron representativas de la estética del Metal Colombiano.
No es un ejercicio pretencioso. Simplemente es un reconocimiento a la música (En este caso a las imágenes), que generó, genera y generará cuestionamientos, reflexiones y percepciones bastante amplias.
Comentar